viernes, 30 de octubre de 2009

EL DESTINO



La primavera en donde se desnudan los pájaros
cuando el rojo fruto se transforma en dulce flor
me abre el destino cierto del corazón agazapado
que nace, y muere y vuelve en un milenario reclamo

Ejecuto el destino cierto con el goce enceguecido
tengo el alba en mis manos con un dejo de esperanza
en intrépido con un canto se funde en el río encendido
y un crecer de amapolas permanece en su latido

Y ahí estás, Amor, esperándome con el equipaje necesario
corro a tu encuentro e invento un mundo de rosas
perpetuando el instante en que tiemblan las estrellas
ellas velan sueños, secan las lágrimas y acarician el Alma.

Ahora solo enhebro silencios con palabras,
envuelvo la marejada en los tallos de nardos
y en el murmullo del viento, en un claro misterio
confluyen el soplo, la ceniza y la hora que se deshoja


Te presiento con la cálida mano que acaricia mi frente
como ese río invisible que se acerca caudaloso y fuerte
mi asombro fondea el sosiego de la opuesta tibia orilla
y con un tiempo tuyo de espumas y golondrinas

Tendré el recuerdo de tu cabeza en mi regazo,
inventor de fantasía en un reino de savia misteriosa
entrarás muy seguro en el aire de la tarde y la arboleda
y serás una sombra imprecisa que entre lágrimas rueda.

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